miércoles, 10 de septiembre de 2008

Pensando Guatemala



Es imposible pensar en Guatemala, sin imaginarse sus paisajes de desolación, sin sus postales coloridas y sonrientes, sin sus conos azules que te llenan las pupilas desde cualquier punto del horizonte. Una buena tarde cuando vas rumbo a la Universidad de San Carlos podés ver cómo el volcán de agua se impone al gris paisaje urbano.

Para quienes nunca han estado en Guate, la imaginación les fabrica, inevitablemente, una visión más bien romántica o turística en el mejor de los casos, en el peor de ellos, el miedo y la pestilencia de la muerte que los medios les han regalado los hace arrugar la nariz y blanquear los ojos.

Para quienes ya la han sobrevivido y están lejos, es la historia personal la que les grita desde algún rincón del cerebro, su olor de pólvora e incienso semanasantero asalta sus sentidos algo muerde allí adentro.


No estoy hilando fino, todo lo anterior está periodísticamente comprobado, hay grabaciones y declaraciones de Guatemaltecos y de hecho y de cohecho; los primeros dejaron el ombligo enterrado bajo alguna Ceiba, existente o no, en cualquiera de estos maiceros cuatro puntos cardinales, los segundos son los que nacieron en otra latitud y conscientes o no, decidieron visitar este país. Lo cierto es que unos y otros forman parte de una micra de la historia de este país y tienen responsabilidad de lo que somos como sociedad.

Los migrantes no son solo remesas, los extranjeros no son solo divisas y los que aplanamos las chapinas calles no somos únicamente zombies borrachos que nos comemos las extremidades inferiores, me explico:

Los migrantes han cambiado el rostro rural del país, de paso sostienen la economía nacional, las remesas que envían de distintas partes del mundo han mantenido a flote las estrategias macroeconómicas del Banco de Guatemala, cada fin de año un grupo de tecnócratas hacen una pomposa conferencia de prensa en donde explican como eficientemente han mantenido el tipo de cambio y como las tasas de interés no cambiaron en los últimos doce meses. Por supuesto que en ese informe obvian las ampollas en manos y pies de chapines que han sudado por esas impresionantes graficas que nadie entiende.

Los extranjeros armados de Euros y dólares hacen pujar la “industria sin chimeneas” perdón por el lugar común, pero me resultó irresistible, además la bien disfrazada buena intención de la cooperación internacional que invierte millonadas en proyectos de desarrollo social, pero bajo ese sonriente y reluciente disfraz hay intereses mineros, petroleros, comerciales, industriales. Ustedes sabrán, que los TLC´s, contratos, y permisos son precedidos de importantes inversiones, lo que resulta ser una bagatela para lo que en siguientes años ganarán en sus intervenciones (que no inversiones) económicas. Lo siento mucho por la guapa holandesa que conocí hace un par de noches pero le aclaro desde ya que la Unión Europea no es un club de beneficencia.


Y por ultimo, los que aún levitamos por acá no solamente nos dedicamos a joder al prójimo. Cada mañana las camionetas rebosan de hombres y mujeres que se codean, se patean y se tiran del pelo por abordar esos maltrechos buses que los llevan a su lugar de trabajo, el cual a fin de mes les remunerará con lo suficiente para no desfallecer y puedan llegar a los centros comerciales justo a tiempo para trucar la moneda por cosas y casos que al final del mes ya no existirán pero los obligarán a seguir con esa misma dinámica, día tras día, mes tras mes, hasta que la edad nos venza y por fin vayamos a parar con todo y huesos y cansancio perenne a donde ya no necesitemos ni la rutina.
En medio de todo encontramos el momento para hacer guatemaltequitos que reproduzcan lo que estamos construyendo hoy.

¿Vivir? ¿Sonreír? ¿Amar? Lo siento, no hay tiempo.

Por supuesto esta es solo una sección de nuestra sociedad, por hoy la tinta se acabó, la próxima semana seguramente encontraremos las piezas que le faltan al rompecabezas para comprender que sociedad tenemos o construimos, o inventamos o…

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