Praxis 020408
Uno de los gurús neoliberales más importantes y por lo tanto uno de los más equivocados es Francis Fukuyama, norteamericano de origen japonés, que en su libro más famoso invoco el final de las ideologías, el final de la utopía, decretó que la historia había llegado a su fin; fueron canastadas de neoliberales que repetían hasta la saciedad los postulados de Fukuyama, por supuesto en estas canastadas incluimos a una universidad chapina que se proclama neoliberal.
Fukuyama en su libro El fin de la Historia y el último hombre defiende que la Historia humana como lucha entre ideologías ha concluido, ha dado inicio a un mundo basado en la política y economía neoliberal que se ha impuesto a las utopías tras el fin de la Guerra Fría.
Afirma además que la única opción viable es el liberalismo democrático, que se constituye así en el llamado pensamiento único: las ideologías ya no son necesarias y han sido sustituidas por la Economía. Estados Unidos sería así la única realización posible del sueño marxista de una sociedad sin clases.
George W. Bush, no se quiso quedar atrás y corrió a hacer la fila tras los seguidores de las ideas de Fukuyama, y lo declaró su asesor de cabecera, no obstante, Fukuyama tras la invasión a Irak reniega de su gobierno y rectifica en sus ideas.
Lo que interesa aquí es consignar que para Fukuyama la historia supone enfrentamientos no sólo de las ideologías, sino que también de las ideas. Entonces, el fin de la historia implica el fin de las pugnas, sean éstas ideológicas o políticas. Por consiguiente, en el mundo post-histórico, “no hay lucha en torno a grandes asuntos y, en consecuencia, no se precisa ni de generales ni estadistas” lo que significaría que en ese mundo post-historia hay madurez y es un mundo sin conflictos.
Para nosotros el conflicto es el motor del cambio económico, social, cultural, ambiental, es decir, la contraposición de las ideas y los criterios generan pensamiento, generan reflexión, movimiento y desarrollo, en un mundo ideal, en el que todos pensamos igual, en donde el pensamiento es uniforme no hay desarrollo intelectual y por lo tanto no hay desarrollo integral del individuo ni de la sociedad.
Por ello existen diversas corrientes de pensamiento, de los que nacen nuevas corrientes y directrices que hacen evolucionar la historia que seguramente estará llena conflictos y sabrosas escaramuzas ideológicas.
Es por ello que hoy en praxis hablaremos del NEOMARXISMO que nace en la Europa oriental, y nace del seno mismo del marxismo “oficial” que en algún momento sintió la necesidad de repensarse y correr al ritmo de los nuevos tiempos, así que les invitamos a estrujar la tesis de Fukuyama y conocer por que la historia no ha terminado
Uno de los gurús neoliberales más importantes y por lo tanto uno de los más equivocados es Francis Fukuyama, norteamericano de origen japonés, que en su libro más famoso invoco el final de las ideologías, el final de la utopía, decretó que la historia había llegado a su fin; fueron canastadas de neoliberales que repetían hasta la saciedad los postulados de Fukuyama, por supuesto en estas canastadas incluimos a una universidad chapina que se proclama neoliberal.
Fukuyama en su libro El fin de la Historia y el último hombre defiende que la Historia humana como lucha entre ideologías ha concluido, ha dado inicio a un mundo basado en la política y economía neoliberal que se ha impuesto a las utopías tras el fin de la Guerra Fría.
Afirma además que la única opción viable es el liberalismo democrático, que se constituye así en el llamado pensamiento único: las ideologías ya no son necesarias y han sido sustituidas por la Economía. Estados Unidos sería así la única realización posible del sueño marxista de una sociedad sin clases.
George W. Bush, no se quiso quedar atrás y corrió a hacer la fila tras los seguidores de las ideas de Fukuyama, y lo declaró su asesor de cabecera, no obstante, Fukuyama tras la invasión a Irak reniega de su gobierno y rectifica en sus ideas.
Lo que interesa aquí es consignar que para Fukuyama la historia supone enfrentamientos no sólo de las ideologías, sino que también de las ideas. Entonces, el fin de la historia implica el fin de las pugnas, sean éstas ideológicas o políticas. Por consiguiente, en el mundo post-histórico, “no hay lucha en torno a grandes asuntos y, en consecuencia, no se precisa ni de generales ni estadistas” lo que significaría que en ese mundo post-historia hay madurez y es un mundo sin conflictos.
Para nosotros el conflicto es el motor del cambio económico, social, cultural, ambiental, es decir, la contraposición de las ideas y los criterios generan pensamiento, generan reflexión, movimiento y desarrollo, en un mundo ideal, en el que todos pensamos igual, en donde el pensamiento es uniforme no hay desarrollo intelectual y por lo tanto no hay desarrollo integral del individuo ni de la sociedad.
Por ello existen diversas corrientes de pensamiento, de los que nacen nuevas corrientes y directrices que hacen evolucionar la historia que seguramente estará llena conflictos y sabrosas escaramuzas ideológicas.
Es por ello que hoy en praxis hablaremos del NEOMARXISMO que nace en la Europa oriental, y nace del seno mismo del marxismo “oficial” que en algún momento sintió la necesidad de repensarse y correr al ritmo de los nuevos tiempos, así que les invitamos a estrujar la tesis de Fukuyama y conocer por que la historia no ha terminado
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